Está claro que el Medio Ambiente es un problema y una preocupación creciente en nuestra sociedad. Cada día estamos más concienciados que el ritmo de generación de residuo actual es insostenible y hay que tomar cartas en el asunto para intentar reducir estos niveles.
En este sentido muchas empresas se han subido al carro de la sostenibilidad haciendo uso de envases biodegradables y compostables, aunque hay que decir que algunas veces es puro marketing. Antes de profundizar sobre si el uso de este tipo de materiales es más beneficioso que los de plástico reciclables, debemos aclarar que es exactamente un envase biodegradable y uno compostable.
Estos dos tipos de envase puedan parecer lo mismo y mucha gente los confunde, pero no lo son. Un material biodegradable tiene la capacidad de degradarse a través de la metabolización de microorganismos tales como bacterias, hongos… Los envases compostables son materiales que se degradan también en el medio ambiente, aunque el tiempo de degradación es menor, un máximo de 12 semanas, transformándose en un nuevo material llamado compost que se utiliza para la fertilización y adobo de la tierra. Un material compostable siempre es biodegradable pero un material biodegradable no tiene por qué ser compostable.
Aunque aparentemente se podría considerar una buena alternativa para el medio ambiente, la verdad es que, tal y como apunta el parlamento europeo, sigue sin solucionar la generación de residuo, ya que continúa siendo material de un solo uso. Tampoco favorece su utilización el hecho que muchas veces la administración es más lenta que la innovación, y no se disponen en la actualidad de infraestructuras adecuadas para el tratamiento de estos envases. Tampoco es viable la sustitución de los envases de plásticos por alternativas aparentemente más ecológicas, ya que la cantidad de los recursos naturales que deberían utilizarse podría comprometer la cadena alimentaria.
Debemos remarcar el poco valor añadido del compost, que requiere de envases más pesados con menos prestaciones mecánicas que afectan negativamente a las líneas de reciclaje de plásticos, pues muchas veces se introducen erróneamente en el contenedor equivocado.
La solución sigue siendo el uso responsable de los envases de plástico, utilizando aquellos que pueden reciclarse, reduciendo la cantidad de materia prima fósil requerida, para implementar la economía circular. Hay que seguir trabajando para mejorar la reciclabilidad del plástico, para que la cuota de materiales de un solo uso, biodegradables y compostables o no, se pueda reducir a parámetros más sostenibles para nuestro planeta e incidir en la concienciación colectiva de un buen sistema de reciclaje, formando a la sociedad para que ésta se realice de la forma correcta y evitar malmeter nuestro planeta.